lunes, 11 de mayo de 2009

¿Cuándo quitar el chupete?

Las mamás y los papas bien saben que el chupete es un objeto importante que mucho interesa a los bebes durante los primeros meses y tambien adelante. La razón es simple: chupar satisface una exigencia primaria, la del nutrimiento, y es un antidoto contra el miedo y la soledad, que son impresiones comunes del lactante como del niño más grande.

El chupete, que recuerda la forma del pezón, permite al bebé calmarse y consolarse, pues representa una ayuda psicologica para sostituir la madre aun cuando ella no está.

Esos los efectos positivos del chupete:

1. concilia el sueño;
2. ayuda a relajarse;
3. da la sensación de seguridad y protección porque siempre está al alcance de la mano;
4. regala placer: desde el nacimiento hasta los 2 años (periodo que los psicologos llaman “fase oral”) la boca representa una fuente primaria de placer y la acción de chupar es un sistema de exploración del mundo;
5. usando una tetina aplastada que se adjusta al paladar se evita el riesgo de deformarlo.


Pues, llega un momento para cada niño en que hay que abandonar el chupete, momento que suele llegar solo entre los 2 y 3 años (dentro de los 4 años), es decir, cuando el niño está más seguro de si mismo y autónomo, pero es imposible establecer un momento perfecto y preciso porque es diferente entre niño y niño. De todas maneras, nunca debería ser una interrupción repentina, sino habras el contrario: el niño será obsesionado por la idea de haber perdido un objeto muy importante y es posible que empieze a chuparse el dedo.

Consejos para una separacion progresiva

El primer consejo es lo de ser comprensivos y tener paciencia, no tener prisa. Una táctica puede ser mostrar al niño un paquete o un estuche en el que queremos guardar el chupete, para que sea usado solo en momentos particulares. Desde entonces, daremos el chupete solo después de su pedida directa (por ejemplo, por la noche para dormir). Otra táctica, es proponer al niño regalar el chupete a su peluche preferido, diciendole que el lo necesita más porque es pequeñito.
Otra táctica más es juntar el momento de la separación del chupete a un verdadero rito, como echarlo en la mar, o en el lago o en un rio, o regalarlo a álguien como si fuera para la persona más importante. Además, se puede limitar su uso a situaciones particulares (por ejemplo, cuando la mama no está) y mover la atencion hacia unas activiades que con el chupete no se pueden hacer, como cantar.

Cualquier táctica se elige, el error que hay que evitar es dar demasiado importancia al problema “chupete”, aun porque la separación debería ser solo cuando los niños estan seguros y psicologicamente dispuestos para que no vayan a chuparse el dedo, con efectos negativos para el paladar y los dientes.

0 comentarios:

Publicar un comentario